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TEXTO CURATORIAL DE LA EXPOSICIÓN

EL AZAR DE SER

Según el diccionario de la Real Academia Española, el azar “es lo fortuito,  una casualidad presente en diversos fenómenos que se caracterizan por causas complejas pero no lineales, que provocan que surja un acontecimiento que no está condicionado por la relación causa-efecto”.

 

Edgardo Madanes, un artista consagrado y  reconocido por sus trabajos reinventando el mimbre, en esta ocasión nos propone un viaje intrigante y sorprendente en cuanto al uso del espacio y la articulación azarosa de la existencia.  Se trata de una exposición compuesta por obras que, arrojadas como dados en el espacio, ponen en juego a la materia para articular ideas sobre el origen, el género, el contexto, los condicionantes, lo casual, lo determinante y lo arbitrario.

 

Si la calidad y la vigencia artística pueden medirse en la honestidad del interrogatorio constante, este conjunto de obras es sin duda una continuación de esas preguntas que hacen a la esencia de la expresión artística, vinculadas siempre a las intrigas que comprende el existencialismo. En ese registro nos encontramos con variaciones casuales, ánforas de delicada y sutil factura experimental.

 

Jean-Paul Sartre consideraba que  “azar y construcción son las coordenadas que encierran el secreto del arte, y el destino del artista reside en aceptar este hecho como contingencia”.  Y esa es la experiencia que propone al autor cuando invita al espectador a recorrer el laberinto de la oscuridad para hacerlo parte de los interrogantes que plantean los intentos y tramos de obras inconclusas. Y es allí donde se produce la transformación que supone pasar del “estar” al “ser”.

 

En esa dimensión, la iluminación revela imágenes inéditas de lo que pudo haber quedado entre las tinieblas, invitando al descubrimiento permanente cuando los personajes etéreos todavía reverberan en la experiencia retórica de las nominaciones y las formas.

 

Esta propuesta, que puede ser recorrida en forma aleatoria sin perder intensidad ni asombro,  condensa un invalorable potencial estético sutil y armónico a partir de formas que se reescriben espacialmente. Se trata, en definitiva, de una medida de la certidumbre asociada a un suceso o evento futuro, que Madanes plantea en tiempo presente, determinando los valores que componen el concepto de la probabilidad.

 Casa de las Culturas – Villa Carmen, es un espacio cargado de historia que a partir de este conjunto de piezas escultóricas, pone en valor el trabajo de difusión cultural que se realiza desde el Municipio de Tigre a través de la Subsecretaría de Cultura.

  

 

Albertina Klitenik Espartaco

 

Arq. Diana Saiegh

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